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Científicos revelan el origen de una inquietante anomalía en el Atlántico Norte

27 de junio de 2025 – Un enigma climático que desconcertó a la comunidad científica durante décadas ha comenzado a aclararse. Investigadores estadounidenses han identificado la causa de una misteriosa zona de enfriamiento en el sur de Groenlandia, una región que ha desafiado las tendencias globales de calentamiento oceánico.

Esta extraña área de agua fría y menos salina, bautizada por los expertos como el Agujero del Calentamiento del Atlántico Norte, ha sido durante años motivo de intensos debates. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de California en Riverside afirma haber encontrado la causa: la progresiva desaceleración de la Circulación Meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), una red clave de corrientes que regula la temperatura y salinidad de los océanos.

La «cinta transportadora» del océano se debilita

El sistema AMOC, a menudo comparado con una cinta transportadora gigante, mueve agua cálida desde las zonas tropicales hacia el norte del Atlántico. Su ralentización, según los investigadores, estaría enfriando notablemente las aguas frente a Groenlandia, reduciendo además su contenido salino.

Para llegar a esta conclusión, el equipo comparó más de 100 modelos climáticos con datos históricos del último siglo, centrando su análisis en la evolución térmica y salina de la región. Solo aquellos modelos que reflejaban una AMOC debilitada lograron reproducir el fenómeno observado.

Los resultados, publicados en la revista Communications Earth & Environment, también destacan que muchos modelos climáticos actuales han subestimado el impacto de la AMOC debido a errores en la interpretación de su interacción con los aerosoles atmosféricos.

Consecuencias para el clima global

Los científicos advierten que este fenómeno va más allá del Atlántico Norte. La región afectada juega un papel crucial en la dinámica climática global, y su enfriamiento podría desestabilizar patrones de viento en altura como la corriente en chorro, afectando el clima en Europa y alterando ecosistemas marinos sensibles.

“El estudio demuestra que la AMOC ha estado perdiendo fuerza durante más de cien años, y si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, esta tendencia podría agravarse aún más”, afirmó el investigador principal Kai-Yuan Li.

El hallazgo subraya la importancia de actualizar los modelos climáticos globales y considerar con mayor precisión la evolución de los sistemas de corrientes oceánicas. A medida que el planeta se calienta, el comportamiento de estas «arterias del océano» será determinante para el futuro climático de numerosas regiones del mundo.

Categorías: Ciencia
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