Santo Domingo. – El presidente dominicano Luis Abinader calificó como una “tradición histórica” de Haití el responsabilizar a otros países de sus crisis internas, y reiteró que la creciente inseguridad en esa nación representa una amenaza directa para toda la región.
Durante una rueda de prensa este lunes, el mandatario respondió a recientes declaraciones del ministro de Defensa haitiano, Jean Michel Moïse, quien acusó a República Dominicana de ser una vía de entrada de armas y drogas hacia su territorio, en el marco de un simposio de la OEA celebrado en Washington.
“¿No hay inseguridad en Haití? ¿Eso es un invento? Haití tiene que asumir sus problemas y dejar atrás esa costumbre de culpar a los demás. Nosotros solo hemos llamado la atención de la comunidad internacional, y lo seguiremos haciendo”, declaró Abinader.
El presidente dominicano recordó que en septiembre de 2021 fue su gobierno quien advirtió ante el mundo sobre la “somalización” de Haití, alertando sobre el colapso institucional y la escalada de violencia en el país vecino.
“Deberían agradecernos”
Abinader aseguró que lejos de alimentar el conflicto, República Dominicana ha actuado con responsabilidad y transparencia, fortaleciendo la seguridad fronteriza y denunciando el flujo de drogas que llega desde Haití.
“Aquí no producimos armas. Si tienen pruebas de que desde nuestro país se trafica armamento hacia Haití, que las presenten. En cambio, nosotros sí podemos mostrar miles de evidencias de lo contrario”, afirmó.
Xenofobia: una acusación “absurda”
El mandatario también rechazó como “absurdas” las acusaciones de xenofobia que hizo el gobierno haitiano, alegando presuntos actos discriminatorios contra ciudadanos haitianos en territorio dominicano.
“Eso no es más que un cliché infundado. El 85 % de nuestra población es mestiza. No merece ni siquiera un comentario serio”, sentenció Abinader.
Desde octubre de 2024, el gobierno dominicano ha implementado un plan de deportaciones masivas y ha reforzado los controles fronterizos, incluyendo la construcción de una verja perimetral, el uso de tecnología avanzada y el despliegue de miles de tropas.
Asimismo, se han endurecido medidas internas como la deportación de ciudadanos haitianos indocumentados tras recibir atención médica en hospitales públicos.
Estas disposiciones han sido criticadas por organismos internacionales como la ONU y Amnistía Internacional, pero el Gobierno sostiene que son medidas legítimas para proteger la seguridad nacional frente a la profunda crisis humanitaria, política y de seguridad que vive Haití.