Cámaras termales para detectar cuerpos en vehículos o embarcaciones, aplicaciones que rastrean en todo momento dónde está una persona, tomas biométricas, cámaras de vigilancia… los servicios migratorios mundiales cuentan con un opaco entramado tecnológico de vigilancia que recoge millones de datos de personas que no necesariamente son migrantes.
Estados Unidos adjudicó recientemente un contrato a dedo de 30 millones de dólares a la tecnológica Palantir (cofundada por el millonario Peter Thiel) para desarrollar un software que permita al Gobierno rastrear casi en tiempo real el movimiento de migrantes para controlar la ´autodeportación´.
Este contrato le va a servir al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para «recolectar más y más información» y construir una base de datos aún más grande «para saber dónde está la gente y dirigir la máquina de deportación», explica a EFE la directora de Investigación del Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad de Georgetown, Stevie Glaberson.
Más facilidades que el FBI
El ICE cuenta ya con una cantidad inmensurable de datos de migrantes y no migrantes. Una investigación de 2022 de este centro descubrió que este organismo había accedido a los datos del carné de conducir de tres de cada cuatro personas que viven en Estados Unidos y que podía ubicar a tres de cada cuatro adultos por sus facturas del hogar.
«No son sólo migrantes, son adultos estadounidenses», recalca la experta, que insiste en que «nadie está fuera de esta red; casi nadie puede escaparse».
El ICE ha construido, según Glaberson, un verdadero «operativo policial» por parte de una agencia que no tiene limitación judicial como el FBI por lo que puede espiar más rápido y con menos obstáculos.
El Gobierno estadounidense «usa esta agencia como si fuera su propio ejército», por lo que «Trump está usando estos poderes no para cumplir las leyes migratorias, sino para amenazar y acallar a cualquier persona que cuestione su agenda», denuncia la experta.»La pregunta es: ¿queremos vivir en una sociedad donde un presidente pueda usar una agencia sin vigilancia y no militarizada para que nos monitoree a todos?», cuestiona Glaberson.